

Cuenta la leyenda que durante la ley seca, las mafias de Chicago no conseguían pasar por la frontera su whisky canadiense favorito porque unas perras de la policía lo detectaban a leguas. Para engañarlas, empezaron a esconder el whisky entre canela y chili. Un día, alguien tuvo la feliz idea de macerarlo con esos ingredientes, naciendo así Thunder Bitch, en referencia a su ciudad de origen y a esas "simpáticas" perras.
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